Los adictos a las drogas, generalmente piensan que no hay posibilidad o será casi imposible superar su adicción. Sin embargo, sí que hay posibilidad y debes salir de las drogas porque no te hacen ningún bien.
Tanto da si tu adicción tiene que ver con el consumo de cocaína, el alcohol, la marihuana o cualquier otra droga. Tienes que trazar un plan para dejar las drogas con éxito. Definir las razones que te hacen consumir y pedir ayuda a profesionales será útil en tu objetivo de alejarte de las drogas.
En el proceso de absitencia puede resultar positivo acudir a terapias de grupo o acudir a un psicólogo.
Con fuerza de voluntad se pueden dejar las drogas y comenzarás a construir una nueva vida alejada de este turbio mundo de las drogas.
Si quieres saber más sobre cómo dejar las drogas y vencer tu adicción, sigue leyendo.
Existe un gran número de drogas que se pueden utilizar como medicamentos para diversas enfermedades. Pero muchas drogas, independientemente de su posible utilidad terapéutica, se utilizan con fines recreativos, o por sus efectos psicológicos o sensoriales, si bien en este segundo caso no se usan con las dosis ni de la misma manera que cuando se hace con fines médicos. Esto es un problema social de primer orden en muchos países, ya que el consumo continuado de drogas suele crear adicción. En la mayoría de casos, el consumo de drogas también tiene otros efectos nocivos sobre la salud, y sobre el comportamiento social del consumidor. El hecho de que muchas de estas drogas sean ilegales en la mayoría de países ha hecho crecer un mercado negro de estas sustancias, con las correspondientes asociaciones criminales que controlan el contrabando y la distribución.
Las drogas recreativas se pueden clasificar en cuatro grupos, según su efecto principal:
Los psicofármacos y otras drogas se pueden usar para modificar el estado de la conciencia voluntariamente de una persona con diversos fines, que pueden incluir, por ejemplo, la violación de una persona. Estos usos conllevan un mal uso ético y moral, más allá del perjuicio a la salud.
Un caso frecuente es el del dopaje en deportistas, que ingieren drogas y otras sustancias para mejorar su forma física. Otro es el de niñas a las que se les da estas sustancias para que no pierdan el aspecto infantil en la pubertad (típico en la gimnasia rítmica y en estrellas infantiles en muchos medios) y los que toman algunos enfermos, como los anoréxicos o los ortoréxico, para intentar que el cuerpo se parezca al ideal que les impone su enfermedad.
La distinción entre drogas duras y blandas es importante en la política de drogas de los Países Bajos, entre otros estados, donde ciertas drogas blandas gozan de la tolerancia oficial, aunque casi siempre están sujetas a restricciones en cuanto a su comercio, producción y consumo.
Las causas que pueden inducir a una persona a empezar a drogarse, pueden ser múltiples y variadas. Algunas de las más habituales son las siguientes:
Para un drogadicto, el primer paso es admitir y ser consciente de que lo es. La mayoría de las personas piensan que dominan la situación y que, si quieren, pueden dejar de consumir la droga. Desgraciadamente a menudo es un proceso duro y difícil, no es sólo el cuerpo, que pide la sustancia para sentirse bien, sino el hecho de tener que cambiar de comportamientos, de gestos que el enfermo echa de menos, de las ganas psicológicas.
En los casos en que la persona había empezado a drogarse para huir de problemas personales, de miedos (perder los amigos, engordar, etc.), de una baja autoestima o de una búsqueda de creatividad, por ejemplo, en dejarlas deberá aprender a enfrentarlas, y tal vez habrá otros problemas que se hayan añadido.
En general, es habitual que el proceso de toma de drogas se hayan instalado problemas sociales (con la familia, los amigos, en el trabajo, etc.), de salud y psicológicos.